Entre mediados del siglo XII y comienzos del siglo XIII, toda Europa empezó
a quedar sembrada de unas instituciones educativas que hoy día nos resultan muy
familiares, pero que eran entonces una novedad: las universidades. No se
sabe exactamente cuál fue la primera que se fundó. Se da a veces la prioridad a
la Universidad de Bolonia, en Italia, fundada por el emperador Federico I
Barbarroja al otorgar su protección especial a las escuelas de derecho de la
ciudad mediante la constitución Habita, en 1155, 1156 o 1158 (la fecha no es
segura).
Pero en París, a mediados del siglo XII, gran número de maestros, como el
célebre Pedro Abelardo (fallecido en 1142), enseñaban la retórica y la
dialéctica al margen del control del obispo y los canónigos de la catedral. En
cuanto a la Universidad de Oxford, su fundación suele situarse en 1163.
Estas instituciones establecieron un modelo de enseñanza superior que se prolongó en el
tiempo, determinando la estructura y funcionamiento de las universidades de
la época moderna y contemporánea, cuando se extendió por todo el mundo.
Las universidades medievales eran comunidades de maestros y
estudiantes (universitas) que, aunque tenían como principal función la enseñanza,
también se dedicaban a la investigación y
producción del saber,
generando vigorosos debates y polémicas.
Eso se refleja en las crisis en que estuvieron envueltas y por las
intervenciones que sufrieron por parte de ambos poderes: el político de reyes y emperadores y el eclesiástico de papas, obispos y órdenes religiosas.
Las primeras universidades de la Europa cristiana fueron
fundadas en Italia,
en Inglaterra,
en España y
en Francia para
el estudio del derecho, la medicina y
la teología.
La parte central de la enseñanza implicaba el estudio de las artes
preparatorias, o artes liberales; el trivium: gramática, retórica y lógica;
y el quadrivium: aritmética, geometría, música y astronomía.
Después, el alumno entraría en contacto con estudios más específicos, entre los
que seguían denominándose artes los que podrían denominarse
genéricamente filosofía y que incluían todo tipo de ciencias.
A24 JOSÉ
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