El origen de los turcos otomanos se puede encontrar en las estepas de Asia Central, en el Turkestán, en una etnia dedicada a la ganadería trashumante, en especial de caballos, y al comercio, con prácticas seminómadas. Los turcos pronto se relacionan con las culturas musulmanas de su entorno, entablan con ellas relaciones comerciales y adoptan el islam en su rama suní. Este contacto se podría deber a la ruta de la seda, pues los mercaderes musulmanes seguramente transitarían por los territorios donde habitaban los otomanos. Las primeras entradas de tribus turcas en la región que posteriormente sería el Imperio otomano se producen en el ámbito militar, cuando los ejércitos del Califato abasí necesitaron soldados para las luchas internas y contra los cristianos y bizantinos durante el siglo IX.
Los conflictos militares que enfrentaron al Imperio otomano y a los Estados de la Casa de Habsburgo se prolongaron durante la Edad Contemporánea.
El factor religioso era muy importante en estas tierras, aunque el factor mas influyente fue el geopolítico y por eso tenían enfrentamientos contra otras potencias de su misma religión y que hasta hubiese alianzas con potencias de otras religiones. En el siglo XVIII el nuevo equilibrio europeo desplazó la centralidad de ambos en beneficio de otras potencias emergentes.
Las guerras habsburgo-otomanas consistieron en campañas terrestres en los Balcanes, que implicaban a los Habsburgo austriacos; y en enfrentamientos navales en el Mediterráneo, que afectaban por su parte a los Habsburgo españoles.
El avance terrestre otomano fue imparable, con la decisiva victoria de Mohács, hasta el fracaso sitio de Viena.
La flota turca fue contestada con enfrentamientos periódicos que culminaron en la victoria cristiana de Lepanto.
Durante seis siglos el imperio estuvo entre el Este y el Oeste, con Constantinopla como capital y el territorio conquistado bajo Solimán el Magnífico. El Imperio otomano era el sucesor islámico de los antiguos imperios clásicos. Durante el siglo XIX, diversos territorios del Imperio otomano se independizaron, principalmente en Europa. Las sucesivas derrotas en guerras y el auge de los nacionalismos dentro del territorio llevaron al decaimiento del poder del imperio.
B01 ELISEO Y B23 TOBÍAS