Rutas comerciales

En el siglo XII se dieron profundos cambios en el comercio de la edad media. La economía rural y cerrada, propia de la época feudal, se transformó gradualmente en una economía abierta y comercial. Este renacimiento comercial, que llegó a su auge en el siglo XIII. Se debió, fundamentalmente al: 

·         Aumento de  producción agrícola: Generó un sobrante  de productos que debieron ser vendidos que debieron ser vendidos fueras de su área. 

·         Paz en Europa: Ofreció seguridad en los caminos y los mares, después de varios siglos de conflicto. 

·         Aumento de población: Debido a la disminución de las guerras y al mejoramiento de las condiciones alimentarias que provoco la necesidad de satisfacer los requerimientos de más gente cada vez. 

·         Las cruzadas: Abrieron nuevos caminos comerciales terrestres y marítimos y revitalizaron el comercio entre Oriente y Occidente. 

Para las largas distancias el comercio marítimo era más efectivo lo cual quiere decir que adquirió más importancia que el terrestre debido a la capacidad y velocidad de los barcos. La primera ruta marítima se abrió en el Mediterráneo por las ciudades de Valencia, Barcelona, Génova, Marsella y Venecia, comerciaban con los puertos del Imperio Bizantino y los puertos de Oriente Próximo. Importaban productos lujosos como la seda o  las especias y también armas, herramientas o tejidos. Una segunda ruta fue la del mar Báltico y Atlántico que iba desde Lisboa y los puertos castellanos del mar Báltico. Se transportaban lanas, vinos pieles, maderas y trigo. Estos productos coincidían en las ciudades de los Países Bajos.

La recuperación del comercio hizo más necesaria la circulación de la moneda. Muchas ciudades a acuñar moneda propia.

Las monedas se podían fabricar en oro, las más valiosas, en plata o en aleación plata o cobre. Cuanta menos plata tenían menor era su valor.

También fue frecuente que particulares o sociedades prestaran dinero con intereses, o recibieran depósitos como el oro o la plata por los que entregaban un recibo.

Su propietario podía utilizar el recibo como moneda en otras transacciones y así no era necesario viajar con dinero.

                                                                                     B01 ELISEO Y B23 TOBÍAS