jueves, 9 de marzo de 2017

Las Sinagogas

Origen 
    El origen de las sinagogas se remontaba a la época del exilio, y surgió como una forma de reunión para instruir y comunicar la Torá, los escritos propiamente judíos, y no perder de vista las costumbres judías en medio de tanta influencia extranjera. Es decir, no tenían originalmente la finalidad de servir al culto religioso, sino que todo consistía en una sencilla reunión social con fines didácticos y de estrechamiento de los lazos comunitarios. 
Sin embargo, en tiempos de Jesús era creencia generalizada que la institución de la sinagoga procedía del mismísimo Moisés.

Organización 
Debemos distinguir entre los ancianos, que tenían a su cargo los asuntos de la congregación en general, y luego un grupo de funcionarios para atender asuntos concretos, entre los que siempre tenía que haber: el archisinagogo o presidente de la sinagoga, el limosnero, y el ministro de la sinagoga.

El lector de las escrituras, el recitador de la plegaria, y el predicador 
  No había funcionarios oficiales para estas tareas. Esta labor se encargaba a uno de la comunidad, o cada una de las tres tareas a personas diferentes. También podía recaer en alguien destacado que estuviera de paso. Es de este modo como Jesús pudo dirigir la palabra en muchas ocasiones durante sus visitas por las poblaciones judías. 

Poderes 
   En poblaciones estrictamente judías, la institución acaparaba todos los poderes. El poder religioso conllevaba asociado la autoridad en cuestiones cívicas y legales, puesto que los judíos no distinguían entre legislación religiosa y el resto.

Actos disciplinarios 
Cuando un miembro se negaba a someterse al ordenamiento legal religioso imperante, y después de varias advertencias, los ancianos, tras deliveración, decidían la excomunión o exclusión de la congregación. Aunque hay que advertir que había dos tipos: 
– lanidduyosammatta, o exclusión temporal, con la posibilidad de una readmisión; 
– elherem, o excomunión perpetua.
En cualquier caso tan sólo representaba una exclusión social, no un castigo físico. La persona quedaba marcada para siempre bajo la sospecha, y lo normal era que se le marginara socialmente, lo cual obligaba a la persona a abandonar su lugar de origen y a cambiar de residencia con frecuencia. También le impedía la entrada a la sinagoga. Pero para un judío esto representaba el peor de los castigos.

El limosnero
El limosnero hacía la colecta para los pobres. Había dos tipos de colectas: 
  • el cestillo de las limosnas semanales, del que se tomaba lo necesario para socorrer a los pobres de la localidad una vez a la semana. 
  • la “bandeja”, de la que cualquier necesitado, especialmente los extranjeros, podían recibir una porción diaria. Pero sólo aquellos que no tuvieran suficiente alimento para dos comidas al día podían solicitar esta caridad. 

Leyes 
      Hay muchas leyes que tienen que ver con el respeto con el que hay que tratar una Sinagoga. Por ejemplo: 
  • Está prohibido entrar a una Sinagoga con la cabeza descubierta. 
  • Está prohibido conversar durante las plegarias o lectura de la Torá. 
  • Está prohibido utilizar la Sinagoga como un atajo. Si uno entra por una puerta y sale por otra para acortar el camino está considerada una falta de respeto. Debe sentarse a recitar una plegaria o estudiar algo de Torá en el camino, para darle importancia al lugar. 
  • Está prohibido besar a los hijos chicos en la Sinagoga, para no “competir” con el amor para con Dios que uno viene a expresar. 


B12 SARAI   B22 DÉBORA

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