La persecución de los judíos
empezó cuando el rey Recadero se convirtió al catolicismo. Desde ese periodo,
los reyes visigodos y la iglesia católica, consiguieron ejercer una gran
influencia sobre estos a partir de los concilios de Toledo, con esto empezaron
a acentuar el antijudaísmo cristiano. Emplearon algunas medidas contra todas
las personas de cultura judía, yéndose fundamentalmente a su fe.
Todos estos ataques físicos o psicológicos,
desde un principio no fueron provocados apropósito, por eso se demuestra que
antes existía tolerancia ante los judíos. Ante todo debemos destacar que la
legislación represora, cada vez está más fuerte, no consiguió surgir de la nada,
sino que se debieron a una base en la protección de los esclavos cristianos,
cuyos propietarios eran grandes persona judías. Estos cristianos sufrían
conversiones y circuncisiones forzosas, debido a las obligaciones talmúdicas de
los judíos.
El piadoso rey Sisebuto, es
conocido por dar inicio a la persecución hacia los judíos. Este impuso dos
normas contra los judíos, la primera prohibía que tuvieran esclavos cristianos.
El objetivo que quería llegar a conseguir con esa norma, era la liberación de
todos estos esclavos cristianos ante sus amos judíos. Los judíos que no querían
desprenderse de aquello, llegado a una fecha límite, se les eran retirados dejándolos
en libertad, y a esos propietarios retirándoles la mitad de todos sus bienes. La
segunda norma decía que no podía existir ningún matrimonio en el que hubiera un
cristiano y un judío. Los ya casados debían convertirse a la otra religiones o
se verían dispuestos a sufrir un desterramiento o retirada de todos sus bienes.
Con estas normas, muchos judíos
tomaron la decisión de partir a otro país en el cuál no sufrieran. Aunque era
una minoría que la había huido, consiguieron esa huida de los judíos. Los judíos que permanecían en Hispania debieran
cambiarse al catolicismo, pero solo en la apariencia ya que por dentro seguían creyendo
en sus orígenes.
Ya más tarde tomando medidas más
serias, decidieron prohibir todo tipo de celebraciones judías. Todos los judíos
que se oponían ante esta norma eran matados. Así, ya no quedó ningún judío en
Hispania, ya que los que permanecieron eran absolutamente cristianos.
B13 Miriam y B20 Judit
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