Las bodas judías son ceremonias, que cuentan con simbolismos, y rituales ancestrales, para bendecir y santificar la unión de la pareja. El matrimonio judío, también llamado kidushim, que significa santificación, se realiza mediante dos ceremonias diferentes y sucesivas. La primera ceremonia, erusim, incluye bendiciones y la entrega del anillo a la novia, en presencia de dos testigos.
Para separar las dos ceremonias se lee el contrato matrimonial o Ketubá. A continuación, da comienzo a la segunda, se llama nisuim, y esta consiste básicamente en las Siete Bendiciones. Las siete bendiciones o Sheva Brachot son armoniosas entre sí. En realidad son una compilación de frases sabias, ideas, y bendiciones que aparecen en la Torah. Estas bendiciones nupciales están en el Talmud, como parte de las tradiciones del pueblo judío, transmitidas oralmente a través del tiempo. Las oraciones son seguidas por el rompimiento de la copa.
Las antiguas costumbres indicaban que la fecha de la boda debían fijarse dentro el ciclo lunar creciente, eso simboliza el deseo de aumentar la felicidad y la fortuna de la nueva pareja, así como crece la luna.
Las bodas no pueden celebrarse en el shabbat, así como tampoco en los días de fiesta religiosa, en la pascua hebrea, ni durante las tres semanas consecutivas al verano.
La novia, o su familia, debe regalarle al novio el Talit, que es un manto flecado y simboliza la protección contra las tentaciones sexuales externas, y que usará en la ceremonia de matrimonio. Al igual que el anillo, simboliza protección, y en este caso, es la protección que la novia le da al novio.
Los novios tienen que estar 7 días sin poder verse. Esto además aumentará la expectativa y dará emoción al evento.
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