Soy el cuarto hijo de Jacob,
un importante líder de las doce tribus de Israel y uno de los principales ancestros
del pueblo judío.
Nací en Harán, tierra en donde mi padre se había refugiado huyendo de su
hermano Esaú. Mi madre fue Lea,
una de las hijas de Labán que había sido dada como esposa a
Jacob por sus siete años de trabajo.
El capítulo 38 del Génesis interrumpe el relato de la
historia de su hermano José para contar el episodio de Judá
con su nuera Tamar. Judá se había casado con una
mujer cananea, hija de Súa. La cananea le dio tres hijos en este orden: Er, Onán y Selá. Er tomó por esposa a
Tamar, pero luego murió debido a su mala conducta.
Onán sucedió a su hermano mayor y se casó con Tamar, mas sabiendo
que sus hijos no serían suyos por la "ley del levirato" (regla
establecida en la ley mosaica que decía que si un hombre moría sin tener hijos,
su pariente más cercano estaba obligado a casarse con la viuda y el primer hijo
nacido de esta nueva unión se consideraba como heredero del difunto), no
terminaba el acto sexual derramando su semen en la tierra. Esta actitud originó
el equivocado término "onanismo" que se relaciona con la masturbación cuando
debería referirse a la interrupción voluntaria del acto sexual).
La conducta de Onán motivó su posterior muerte. Judá le dijo
a Tamar que se quedara en la casa de su padre hasta que su hijo menor Selá
fuera mayor de edad y pudiera casarse con ella, aunque su miedo era que Selá
también muriese. Tamar, tal vez pensando que Judá nunca le daría a su último y
único hijo por esposo, se disfrazó de prostituta y tuvo relaciones sexuales con
su suegro para quedar embarazada, cosa que consiguió sin que Judá se diera
cuenta de quién era ella.
ABC SIMEÓN dice: BIEN. No repitas la publicación de la entrada. La imagen no viene a cuento.
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