Según las leyes medievales, un campesino no era dueño ni de la
tierra que trabajaba, ni de sus animales, ni de su casa, y hasta su comida,
pertenecía al señor del feudo. Los campesinos estaban obligados a trabajar para
su señor. Su vida estaba llena de desgracias. Muchos necesitaban producir
alimentos suficientes para sus familias y para cumplir con su señor. Les estaba
prohibido marcharse del feudo sin permiso y para un campesino, la única manera
de tener la libertad era ahorrar el dinero necesario para comprar unas tierras,
o casándose con una persona libre.
En la Edad Media hay dos tipos de pobres:
- Los que se avergüenzan de su penosa situación económica y
de haber perdido su modo de vida anterior. Es éste caso las personas que se han
visto en la pobreza por factores como la vejez, la invalidez, la ausencia del
marido (en el caso de la mujer) un mal negocio, etc., teniendo anteriormente
una forma de ganarse la vida, humildemente en la mayor parte de los casos. Son
tolerados por la sociedad y ayudados por los vecinos de la comunidad a la que pertenezcan
y por la parroquia.
- Los vagabundos y los excluidos. Son aquellos individuos
que viven en la miseria fuera de la seguridad de los vecinos y del vasallaje. Son
temidos por aquellos que poseen una vida estable, y son vistos como una fuente
de problemas y delincuencia.
Por excelencia, la ciudad, es el lugar donde viven los
grupos marginales. En el mundo rural existen una serie de condiciones que
integran al campesino (de una forma más o menos miserable, pero permitiendo su existencia
y funcionamiento dentro de un mundo económico). En la ciudad, en cambio, se
forma una clase social urbana (el grupo denominado por las personas de la Edad
Media como “gente menuda”) con una situación muy mala.
Esta gente son un grupo de trabajadores y trabajadoras
inestables o temporales (se ocupan de la recolección de frutas y verduras de
temporada, desarrollan puestos como peones de obra, albañilería, etc.), no
cualificados y que poseen unos ingresos económicos bajos.
La principal causa de la marginación de una persona era porque dicha persona portaba una enfermedad como la lepra.
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