jueves, 23 de marzo de 2017

Pobres y excluidos

 En la Alta Edad Media, el “miserable”, entendiendo por esta palabra a aquel o aquella que está carente de recursos y que se encuentra desprotegido, cuenta con una cierta consideración, ya que es visto como el reflejo de la humildad con la que vivió Jesucristo, y como un medio que poseen los ricos para ejercer la caridad. Posee derechos como el de limosna, etc. Con el enfermo ocurre algo similarCon el enfermo ocurre algo similar



En la Edad Media, la sociedad conoce dos tipos de pobres:

- Los vergonzantes, que se “avergüenzan” de su penosa situación económica y de haber perdido su modo de vida anterior. Es éste el caso de individuos que se han visto sumidos en la pobreza por factores como la vejez, la invalidez, la ausencia del marido (en el caso de la mujer) un mal negocio, etc., teniendo anteriormente una forma de ganarse el sustento, si bien humildemente en la mayor parte de los casos. Son tolerados por la sociedad y ayudados por los vecinos de la comunidad a la que pertenezcan y por la parroquia.


- Los vagabundos y los desarraigados. Son aquellos individuos que viven sumidos en la miseria fuera de los lazos de vecinos y de vasallaje. De vida errante, son temidos por aquellos que poseen una vida estable, y son vistos como una fuente de problemas y delincuencia.


Consideraremos marginado a todo aquel individuo o grupo que rompe con las normas establecidas de una sociedad (legales, morales, de costumbres, etc.) y momento determinados y que cae en una situación generalizada de rechazo social y desprotección, siendo considerado por sus coetáneos como “inútil” (una inutilidad muy matizable, como veremos más adelante).


B25 DANIEL Y B06 ISAÍAS

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