Tales
persecuciones tienen o tuvieron varios grados de intensidad, desde el arresto
sin garantías, la mengua de derechos públicos, el encarcelamiento, el
azotamiento y la tortura, hasta la ejecución, llamada martirio, pasando por el
pago de un impuesto suplementario como el caso de los mozárabes, la
confiscación de sus bienes o incluso la destrucción de sus propiedades, su
arte, sus libros y sus símbolos o la incitación a abjurar de sus principios y
delatar a otros cristianos.
La persecución, en este contexto, puede suponer
agresiones, apedreamientos, torturas, pena
de prisión, ejecuciones
injustificadas, negación de beneficios y de derechos y libertades
civiles. Puede también implicar confiscación de
bienes, destrucción de propiedades o incitamiento al odio, entre otras cosas.
Un pogromo consiste
en el linchamiento multitudinario, espontáneo o
premeditado, de un grupo particular, étnico, religioso u otro, acompañado de la
destrucción o el expolio de sus bienes (casas, tiendas, centros religiosos,
etcétera). El término ha sido usado para denotar actos de violencia sobre todo
contra los judíos los ataques violentos contra judíos se remontan al menos
a las cruzadas o incluso antes, pero el término pogromo referido
a una algarada antisemita premeditada sólo empezaría a emplearse a principios del siglo XIX.
Se cree que el primer pogromo así llamado
se dio durante los disturbios de 1821 en Odesa, tras
la muerte del patriarca griego
ortodoxo en Constantinopla.
B04 NOÉ y B07 JUDÁ
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