LAS REVUELTAS SOCIALES
Como forma de lucha social es expresión de algún tipo de conflicto.
Se produce cuando una multitud, o al menos un numeroso grupo de personas se juntan para cometer actos de violencia, por lo general como una reacción contra una sensación de injusticia o injuria, o como un acto de disenso. También es muy habitual emplear el término revuelta para designar acciones más organizadas, más prolongadas en el tiempo o con proyección en el futuro, y con objetivos más generales o un propósito más claro de transformación social u otro tipo de cambio.
Es habitual el uso peyorativo de todos estos términos, que incluso en sus definiciones académicas se cargan de contenidos negativos, asociados al desorden y al delito, lo que contribuye a su percepción adversa y a la criminalización de la lucha social.
Otros términos del vocabulario político con los que revuelta suele tener vinculación, pero que son opuestos conceptualmente, son los de pronunciamiento militar y golpe de Estado, hechos o procesos en los que la iniciativa no es popular ni espontánea y que están específicamente dirigidos a la sustitución de las personas, partidos o facciones que ocupan el poder, sin alterar las estructuras económicas, sociales o políticas, aunque como medios pueden provocar, manipular o emplear revueltas, motines o rebeliones.
A diferencia de una revolución, las revueltas no pretenden una transformación radical de las estructuras, aunque a veces la única diferencia que hay entre lo que se considera una revolución o una revuelta no es tanto su planteamiento inicial, sino su escala o su resultado final.
TIPOS DE REVUELTAS
B16 JEREMÍAS Y B14 GEDEÓN
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