domingo, 12 de marzo de 2017

Catedrales




Las catedrales surgieron como una nueva construcción, o como evolución de una primigenia iglesia monacal elevada al estatus de sede del obispo. Las actividades misioneras, el poder eclesiástico y las cuestiones demográficas son las que han ido determinando qué iglesias merecían y merecen el título de catedral, al mismo tiempo que surgían, se fusionaban o suprimían las diferentes diócesis.

En un principio, la iglesia sede del obispo y cabeza de las demás iglesias de la diócesis no tuvo una tipología especial. Durante los primeros siglos del Cristianismo y el medievo (siglos IV al XI) las catedrales no se diferenciaban demasiado de otros centros de culto, como las iglesias monacales o los templos dedicados a los mártires. Es a partir del siglo XI cuando la catedral va adquiriendo una configuración y unas dimensiones que la diferencian de los demás templos. Esto tuvo su momento álgido durante los siglos XIII, XIV, XV y parte del XVI, coincidiendo con el surgimiento del arte Gótico. En esa época, las catedrales adquirieron, además de la característica que las define, que es ser sede episcopal, otras connotaciones en las que intervenían la imagen y el prestigio de las ciudades en las que se construían, determinando una verdadera carrera por hacer de estos templos edificios grandiosos y monumentales. A día de hoy, la idea de catedral se sigue asimilando con el estilo Gótico.Una catedral es un templo cristiano, donde tiene sede o cátedra el obispo, siendo así la iglesia principal de cada diócesis o Iglesia particular. La sede o cátedra episcopal es el lugar desde donde cada obispo preside la comunidad cristiana, enseñando la vida de fe y la doctrina de la Iglesia.















B25 Daniel y B06 Isaías

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