Bodas judías
El judaísmo es una de las religiones más antiguas que existe y, a pesar del paso del tiempo, los judíos siguen conservando sus tradiciones.
La ceremonia tiene lugar en la sinagoga y bajo un dosel nupcial, conocido como jupá. Esto simboliza el nuevo techo familiar, haciendo referencia a las casas donde los judíos habitaban antiguamente. Bajo el jupá se encuentra el rabino, quien primero invita al novio a que se una a él; a continuación a los familiares y, en último lugar, a la novia.
El oficiante de la ceremonia es el rabino, quien pronuncia la sheva bejarot, las siete bendiciones. El rabino debe llenar una copa de vino que los futuros esposos compartirán antes de que el marido ponga un anillo de oro en el dedo índice de la mano derecha de su esposa y declare al mismo tiempo: «Tú me eres consagrada por este anillo conforme a la ley de Moisés y de Israel». Casi a la vez, la novia debe de colocar el anillo al novio, como símbolo de su unión. El intercambio de anillos simboliza la toma del matrimonio.
Tras el intercambio de anillos, se lleva a cabo la lectura de la ketubá, el certificado matrimonial que anuncia las obligaciones del esposo para con la mujer. Este documento, además de ser firmado por los contrayentes, debe ser suscrito por dos testigos, que no deben tener ningún tipo de relación sanguínea con los novios.
Una vez firmado el documento, los esposos son cubiertos por un manto, bajo el que escuchan el resto de oraciones restantes y las siete bendiciones que les protegerán en su vida marital.
Tras esto, el novio rompe un vaso de cristal, donde previamente han bebido el vino, y que ahora se ha colocado bajo sus pies. Esta tradición evoca la destrucción del Templo de Jerusalén hace más de dos mil años. De esta manera quiere recordar a los novios que a pesar de estar viviendo momentos felices, en el matrimonio también se pasa por momentos difíciles en los que no hay que perder la fe.
A esta ceremonia le sigue una recepción y un banquete con música y baile que finaliza con un nuevo recital de las siete bendiciones por parte de los invitados, un vaso de vino en la mano y los tradicionales ¡Mazel Tov! («¡Buena suerte!»).
Durante los siete días posteriores a la boda, las familias y amigos de los recién casados los invitan a comer, ocasiones siempre clausuradas por las siete bendiciones.
Tras esto, el novio rompe un vaso de cristal, donde previamente han bebido el vino, y que ahora se ha colocado bajo sus pies. Esta tradición evoca la destrucción del Templo de Jerusalén hace más de dos mil años. De esta manera quiere recordar a los novios que a pesar de estar viviendo momentos felices, en el matrimonio también se pasa por momentos difíciles en los que no hay que perder la fe.
A esta ceremonia le sigue una recepción y un banquete con música y baile que finaliza con un nuevo recital de las siete bendiciones por parte de los invitados, un vaso de vino en la mano y los tradicionales ¡Mazel Tov! («¡Buena suerte!»).
Durante los siete días posteriores a la boda, las familias y amigos de los recién casados los invitan a comer, ocasiones siempre clausuradas por las siete bendiciones.
C21 LIA
C02 TABITA
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.