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SALOMÓN IBN GAGIROL :
La vida de Salomón Ben (Ibn)
Gabirol, el Malagueño, transcurrió en una de las etapas más convulsas de la
Historia de España y, particularmente, de Al-Andalus. Hay muchas zonas oscuras
en cuanto al conocimiento de la vida de nuestro personaje, pero sí parece claro
que su familia era procedente de Córdoba, de donde habrían huido tras el saqueo
al que la sometieron las tropas beréberes en el año 1013, primer acto del caos
que habría de sufrir Al-Andalus durante al menos medio siglo. Sus padres se
refugiaron en Málaga, donde al poco tiempo nació, hacia 1020 ó 1021, Salomón.
No sabemos exactamente cuánto tiempo permanecieron aquí, pero sí que el niño
era de una gran inteligencia y vivacidad y dotado de una gran memoria, así como
un gran interés por todos los conocimientos, particularmente por la literatura
hebrea, cuya gramática comenzaba a definirse y estudiarse en aquellos años,
llegando su interés al punto que prácticamente llegó a saberse de memoria el
Antiguo Testamento y que dominaba también toda la tradición religiosa
posterior. También le atraía mucho la lengua y cultura árabes.
Desde muy joven comenzó a componer poesías, quizás con quince o
dieciséis años, de las que llegó a realizar un número inmenso, pues aunque se
ha perdido la inmensa mayoría de estas, aún se conservan más de quinientas…
Trasladado desde joven a Zaragoza, cabeza de uno de los reinos
taifas más poderosos y ricos, la vida del joven Ben Gabirol comenzó a ser un
calvario. La temprana muerte de su padre le obligó a tener que ganarse la vida
por sí mismo desde muy pronto, para lo que recurrió a su mejor recurso: la
poesía. Pero la tarea de encontrar un mecenas, y mantenerlo, no era fácil,
máxime si había muchos poetas y pocos protectores de las artes. No obstante,
durante dos breves pero felices años, estuvo al servicio de Yuqutiel ben Isaac,
hombre muy influyente, hasta que, víctima de una de las continuas
conspiraciones de la época, fue detenido y ejecutado. Poco después, compuso
poemas para otro judío, un caso poco frecuente, pues se trataba de un caudillo
militar, Samuel ha Neguid. Aunque tampoco ahora duró mucho la protección del
guerrero al poeta, pues pronto surgieron rencillas entre ellos.
Al parecer el carácter de Salomón Ben Gabirol se iba haciendo cada
vez más difícil. En parte, esto era achacable a una enfermedad, que no se ha
podido precisar muy bien cuál era, que le afectaba la piel, cubriéndola de
pústulas y llagas que supuraban con frecuencia. Al sufrimiento físico, que le
obligaba a permanecer en cama muchas veces, había que añadir el moral, pues la
enfermedad le aislaba de la vida social, al retenerle muchas veces en casa, y
cuando podía salir, su aspecto resultaba repulsivo para muchos. Así, poco a
poco, cada vez más aislado de sus contemporáneos, comenzó a buscar con ahínco
la felicidad en la filosofía, volcándose en el desarrollo de un pensamiento
propio a partir de la inspiración, tanto aristotélica como neoplatónica, en una
interesante síntesis.
Esta línea de pensamiento, adentrándose en la elaboración propia
de una doctrina que intentaba armonizar las dos grandes corrientes filosóficas
junto con la tradición religiosa hebrea, no podía ser bien vista entre sus
correligionarios, pues se alejaba demasiado de la ortodoxia. Así, en torno a
1045, comenzó un fuerte enfrentamiento entre Ben Gabirol y la comunidad judía
de Zaragoza. La situación se fue haciendo cada vez más penosa para él hasta
verse obligado a emigrar hacia Valencia hacia los años 1050 ó 1055, donde,
pasado algún tiempo, murió.
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