domingo, 26 de febrero de 2017

Mercados y ferias

Comercios:

A partir del siglo XII, se dieron profundos cambios en Europa. La economía rural y cerrada, propia de la época feudal se transformó, gradualmente en una economía abierta y comercial. 
Entonces, la industria, los mercados y el dinero recobraron importancia. Este renacimiento comercial, que llegó a su auge en el siglo XIII. Se debió, fundamentalmente, a las siguientes causas:
 
Ø  Aumento de la producción agrícola, pues generó un excedente de productos que debieron ser vendidos fuera de su área.
Ø  La paz en Europa, que ofreció seguridad en los caminos y en los mares, luego de varios siglos de conflictos.
Ø  Aumento de la población debido a la disminución de las guerras y al mejoramiento de las condiciones alimentarias, que provocó la necesidad de satisfacer los requerimientos de más gente cada vez.
Ø   Las cruzadas, que abrieron nuevos caminos comerciales marítimos y terrestres y revitalizaron el comercio entre Oriente y Occidente.

En las ciudades, los que tenían mayor influencia eran los mercaderes. Ellos fueron quienes favorecieron el desarrollo urbano e industrial. Al crecer los negocios, se establecieron en las ciudades, abrieron sucursales, agencias, organizaron los transportes terrestres y marítimos, y llegaron a intervenir en la fabricación de los productos.
Transportaban o compraban materias primas y las repartían después entre diversos artesanos para que las hilaran; después, llevaban los hilos a los tejedores y, por último, vendían o transportaban lejos los productos terminados, cambiándolos por mercancías extranjeras que les aseguraban un flete de retorno.
 Los mercaderes tuvieron que agruparse en corporaciones llamadas Guildas(corporación de mercaderes o comerciantes) o Hansas en el norte. Habían conseguido además posiciones privilegiadas al frente de los municipios burgueses.


Ferias:

Las ferias eran los puntos de reunión de los mercaderes que seguían las rutas terrestres.
Inicialmente las ferias fueron un fenómeno económico surgido en la Europa Occidental de la Baja Edad Media, en la que las ciudades estaban creciendo junto al comercio a larga distancia, la artesanía y las finanzas, es decir: todas las actividades económicas que iban más allá de la economía rural agropecuaria, que aun así constituía la gran mayoría de la producción.
Consistía en una confluencia organizada de numerosos mercaderes en una localidad cuya posición geográfica representara alguna ventaja, que permite establecer tratos comerciales durante varios días y con periodicidad normalmente anual, con motivo de la fiesta local puesta bajo la advocación de un santo patrón. Las autoridades locales o de mayor nivel les conceden protección física y una serie de garantías económicas, fundamentalmente la exención o rebaja sustancial de impuestos. Tanto por razones de espacio como por lo que suponía de símbolo fiscal, las ferias se solían celebrar a las puertas de las murallas, en explanadas abiertas que la expansión posterior de las ciudades terminó convirtiendo en plazas cerradas con edificios alrededor, muchos de ellos con función comercial estable, y que la continuación de la expansión del plano urbano termina convirtiendo en un punto céntrico de la ciudad.
En las ferias se sofisticaron las prácticas comerciales y financieras que están en el origen del denominado capitalismo comercial.

B15 Elisabeth y B24 Rahab





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