Comercios:
A partir del siglo XII, se dieron profundos
cambios en Europa. La economía rural y cerrada,
propia de la época feudal se transformó, gradualmente en una economía abierta y
comercial.
Entonces, la industria, los mercados y el dinero recobraron importancia. Este renacimiento comercial, que llegó a su auge en el siglo XIII. Se debió, fundamentalmente, a las siguientes causas:
Entonces, la industria, los mercados y el dinero recobraron importancia. Este renacimiento comercial, que llegó a su auge en el siglo XIII. Se debió, fundamentalmente, a las siguientes causas:
Ø Aumento
de la producción agrícola, pues generó un excedente de
productos que debieron ser vendidos fuera de su área.
Ø
La paz en Europa, que ofreció seguridad en los
caminos y en los mares, luego de varios siglos de conflictos.
Ø
Aumento de la
población debido
a la disminución de las guerras y al mejoramiento de las condiciones
alimentarias, que provocó la necesidad de satisfacer los requerimientos de más
gente cada vez.
Ø Las cruzadas,
que abrieron nuevos caminos comerciales marítimos y terrestres y revitalizaron
el comercio entre Oriente y Occidente.
En
las ciudades, los que tenían mayor influencia eran los mercaderes. Ellos
fueron quienes favorecieron el desarrollo urbano e industrial. Al crecer los
negocios, se establecieron en las ciudades, abrieron sucursales, agencias,
organizaron los transportes terrestres y marítimos, y llegaron a intervenir en
la fabricación de los productos.
Transportaban
o compraban materias primas y las repartían después entre diversos artesanos
para que las hilaran; después, llevaban los hilos a los tejedores y, por
último, vendían o transportaban lejos los productos terminados, cambiándolos
por mercancías extranjeras que les aseguraban un flete de retorno.
Los mercaderes tuvieron que agruparse en
corporaciones llamadas Guildas(corporación de mercaderes o comerciantes)
o Hansas en el norte. Habían conseguido además posiciones
privilegiadas al frente de los municipios burgueses.
Ferias:
Las ferias eran los puntos de reunión de
los mercaderes que seguían las rutas terrestres.
Inicialmente
las ferias fueron un fenómeno económico surgido en la Europa
Occidental de la Baja Edad
Media, en la que las ciudades estaban
creciendo junto al comercio a larga distancia, la artesanía y
las finanzas,
es decir: todas las actividades económicas que iban más allá de la economía
rural agropecuaria, que aun así constituía la gran mayoría de la producción.
Consistía
en una confluencia organizada de numerosos mercaderes en
una localidad cuya
posición geográfica representara alguna ventaja, que permite establecer tratos
comerciales durante varios días y con periodicidad normalmente anual, con
motivo de la fiesta local
puesta bajo la advocación de un santo patrón.
Las autoridades locales o de mayor nivel les conceden protección física y una
serie de garantías económicas, fundamentalmente la exención o rebaja sustancial
de impuestos.
Tanto por razones de espacio como por lo que suponía de símbolo fiscal, las
ferias se solían celebrar a las puertas de
las murallas,
en explanadas abiertas que la expansión posterior de las ciudades terminó
convirtiendo en plazas cerradas
con edificios alrededor, muchos de ellos con función comercial estable, y que
la continuación de la expansión del plano urbano termina convirtiendo en un
punto céntrico de la ciudad.
En
las ferias se sofisticaron las prácticas comerciales y financieras que están en
el origen del denominado capitalismo comercial.
B15 Elisabeth y B24 Rahab
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