La fiesta
de los ázimos fue primitivamente una fiesta agrícola, en la que se comían
"panes sin levadura" (en hebreo massot), que tenía lugar al comenzar
la siega de la cebada en primavera. En la Biblia aparece estrechamente ligada a
Pascua, la fiesta más importante de los judíos. Mientras que la fiesta de la
Pascua duraba sólo un día, era de origen nomádico y pastoril y venía del tiempo
precananeo de Israel, la fiesta de los ázimos, en cambio, duraba siete días,
tenía origen agrario y la comenzaron a celebrar los israelitas cuando entraron
en la tierra de Canaán. La fiesta de la Pascua consistió originariamente en un
sacrificio primaveral para asegurar la vida próspera del grupo y rebaño durante
el verano. La palabra hebrea pesaj, de donde se deriva "Pascua",
podría significar "proteger", según algunos autores; pero su
significado etimológico nos es desconocido. Más tarde, en tiempos bíblicos, se
sacrificaba una oveja o cabra el 14 deI mes de Nisán (marzo/ abril), que se
consumía, acompañada de hierbas amargas y pan sin fermentar, en banquete
familiar a la caída del sol, o al comienzo del 15 de Nisán con la entrada
de la luna llena, coincidiendo con el equinoccio de primavera. Ambas fiestas
representan dos modelos alternativos de sociedad, simbolizados en el rebaño y
la siega. Se trata de dos fiestas originariamente distintas, como indican
todavía algunos pasajes bíblicos.
Después de la entrada de los israelitas en la Tierra Prometida
ambas fiestas se transformaron y quedaron unidas, recordando y celebrando la
liberación del pueblo elegido, porque se creía que Yahvé los había sacado de
Egipto en primavera. Algunos autores (como Wellhausen) opinan que la unión de
las fiestas tuvo lugar con ocasión de la centralización
del culto en tiempos de Josías (siglo VI a. C.), mientras que otros (como
Kraus) son del parecer que ocurrió ya antes; Josías no estaría, pues,
innovando, sino restableciendo la costumbre antigua de celebrar la Pascua en un
centro de culto.
En el calendario judío, en tiempo de Jesús, la fiesta de los
ázimos estaba unida a la fiesta de la Pascua, incluso se habían convertido en
una única fiesta. Así Marcos considera la Pascua como parte de la fiesta de los
ázimos, Lucas identifica la Pascua con la fiesta de los ázimos: "Se
acercaba la fiesta de los ázimos, llamada Pascua". Los sinópticos se
sirven de la mención de la fiesta de los ázimos para datar la Pasión de Jesús,
pero sin dar una interpretación de la fiesta, ya que la atención de los
evangelistas se centra en la fiesta de Pascua.
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