jueves, 2 de marzo de 2017

Mercados y ferias

Una función esencial de los núcleos urbanos era el mercado.

Los campesinos acudían con sus productos agrícolas y ganado para vender. Con los beneficios de la venta adquirían productos artesanos: vestidos, zapatos, tijeras, cuchillos o toneles para vino.

También iban mercaderes, unos a vender productos que no se encuentran en la ciudad, como la sal, y otros a comprar ganado o productos artesanales para luego venderlos en la ciudad.

El día de mercado lo aprovecha la gente de los alrededores de la ciudad para ir al barbero, sacarse una muela o encargarse un traje para la boda. También es el lugar en el que se enteran de las noticias de la comarca.

 Suelen acudir saltimbanquis, que entretienen al público con sus piruetas, o juglares que cantan canciones y cuentan historias a cambio de unas monedas.

A partir del siglo XII, los comerciantes de toda Europa comenzaron a viajar y a reunirse en las grandes ferias, que eran mercados periódicos de dimensiones considerables, donde se compraban y vendían grandes cantidades de productos.

Algunas ciudades señalaron unos días especiales para realizar estas ferias, de las cuales las más famosas eran las de Champagne (Francia).

Las ciudades, los monarcas y algunos señores locales, interesados en el crecimiento del comercio, promulgaron leyes para proteger a los mercaderes.

B04 NOE y B07 JUDÁ


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