Las
ciudades medievales solían estar próximas a las principales vías de comunicación, como las calzadas romanas.
También solían estar donde se pudieran abastecer de las necesidades primarias
(tierras para el cultivo y pastoreo, agua, bosques para madera, canteras para
la piedra y minas para la sal). Estas estaban rodeadas por murallas que se ampliaban según la ciudad en sí crecía. En el centro
había una plaza, alrededor de la cual se hallaban los edificios mas importantes
de la ciudad, el ayuntamiento, el mercado, la lonja y la catedral. Los nobles y
monarcas hicieron construir lujosos palacios en centros urbanos. Casi todo el
espacio que había por aquel entonces eran viviendas con patios y huertos,
también tenían hospitales escuelas, hospederías y numerosas iglesias y conventos (edificios religiosos). La mayoría de las
casas se agrupaban en barrios que reunia a toda la gente en función de su
propia procedencia, su religión, que solía ser o judería o morería y también
por su actividad artesanal, que basicamente eran los gremios. Las calles de
estan eran estrechas, sucias, estaban mal empedradas y también la mayoría no
tenían alcantarillado, lo cual era nefasto. La poca y escasa higiene urbana y
la ploriferación de las pulgas y de las ratas favoreció la difusión de las
enfermedades como la cólera, el tifus o las peste. Fuera de ésta crecían poco a
poco los arrabales, barrios que agrupaban a gente humilde cuando ya
practicamente no quedaba apenas espacio dentro de los propios muros de la
ciudad. También iban surgiendo los monasterios, que lo que hacían era dar
origen a unos cuantos núcleos de población en la misma ciudad en la que no
quedaba hueco obviamente. También había judería que era el barrio judío y el
cementerio que obviamente guardaba a los muertos
A01 Isaac
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