La Revuelta Anti-Judía

La Revuelta Anti judía: 

La revuelta anti judía es una persecución o revuelta popular en contra de los judíos que se inició el 6 de junio del 1391 en la ciudad de Sevilla. Hubo matanzas, saqueos, conversiones forzadas e incendios. 

Causas: 

 Las causas vienen de la crisis del siglo XIV y de los problemas económicos y sociales además de que en la corona de castilla había estallado la Primera guerra civil castellana y el establecimiento de la Casa de Trastámara  enfrentada desde 1390 a un momento especialmente delicado: Había llegado el príncipe Enrique III de Castilla siendo menor de edad con tan solo 11 años. Toda Europa sufría desde hacía medio siglo la peste, de devastadoras consecuencias demográficas, socio económicas y políticas. En la búsqueda de explicaciones al fenómeno pudo verse el recurso a todo tipo de causas imaginarias, como atribuirlo a un castigo divino a los cristianos por permitir la presencia de laraza decidida que eran los judios entre ellos o culpar directamente a los judíos de envenenar los pozos de agua para propagar la peste (atribuyéndoles el propósito de destruir la cristiandad).  

Revueltas por la Península Ibérica y Baleares: 

La causa desencadenante inmediata de la revuelta sevillana fueron las predicaciones antijudías que desde hacía quince años (1376) venía efectuando el arcediano de Écija, Ferrán Martínez, que incitaba a la población de Sevilla contra los judíos. 

Se dicen que las provincias en las que afectaba esto eran: 

-Por una parte de Andalucía: Sevilla (Origen), Jaén, Córdoba. 

-Centro de la Península Ibérica: Madrid, Toledo, Cuenca y Ciudad Real. 

-Zona de Castilla: Burgos, Logroño y Lerida.  

Zona de Costa: Valencia y Mallorca. 

Consecuencias: 

Entre muertes, huidas y conversiones forzadas, muchas comunidades judías, especialmente la de Sevilla, prácticamente desaparecieron.  

Los procesos históricos que surgieron y continuaron posteriormente a la revuelta fueron muy significativos: fundamentalmente el problema cristiano viejo-cristiano nuevo originado como consecuencia de la aparición de una numerosa comunidad de judeoconversos a partir de las conversiones forzosas (fueran sinceros cristianos o mantuvieran en secreto su antigua fe, pues todos ellos eran percibidos socialmente de forma conjunta e indistinta, y llamados despectivamente "marranos", apelativo que prefieren los propios afectados. 

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