El imperio otomano, también conocido como el imperio turco. Este fue gobernado por la dinastía osmanlí. El Imperio otomano comenzó siendo uno más de los pequeños estados turcos cuyos orígenes se encuentra en las estepas de Asia Central, en Turkestán. Esta etnia se dedicaba a la ganadería y al comercio, siendo casi nómadas.
Surgieron en Asia Menor durante la decadencia del Imperio selyúcida. Tras asestar un golpe al debilitado Imperio bizantino en 1356, el Imperio otomano comenzó su expansión hacia el oeste en el continente europeo a mediados del siglo XIV.
Su primer gran enemigo fue el Imperio serbio, de reciente creación, al que venció en una serie de campañas entre las que destacó la de la batalla de Kosovo de 1389, en la que murieron los jefes de los dos ejércitos, y que marcó la decadencia de Serbia.
En 1402 perdieron la batalla de Ankara, y asumieron el papel de Estado vasallo de los mongoles y al año siguiente muere Bezayid. La autoridad otomana entró en crisis durante once años. Ni Tamerlán ni sus sucesores impusieron dominio alguno duradero, y el panorama quedó abierto para las luchas de poder entre los miembros de la familia otomana y los señores territoriales que, tras un periodo de luchas fratricidas fue Mehmed I (1413-1420) el ganador. Los turcos otomanos fueron controlando paulatinamente a los demás estados turcos, sobrevivieron a las invasiones mongolas y bajo el reinado de Mehmed II (1451-1481) acabaron con lo que quedaba del Imperio bizantino. Su apogeo fue con el sucesor de Utmán I, Orhán I (1324-1360), que logró las ciudades de Nicea (1331) y Bursan, estableciendo en esta última la capital y formando así un verdadero Estado.
A09 Tamar, A20 Isabel y A23 Ana
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.