LOS FUNERALES JUDÍOS
La muerte para los judíos, es
acompañada con una serie de ritos, que tienen por objeto el honrar la memoria del fallecido
y consolar a sus familiares. Los judíos sienten un intenso amor por la vida,
pero también sienten un gran respeto por la muerte.
El origen del Ritual Judío,
nace de la historia de Jacob, este vivió los últimos 17 años de su vida en Egipto con sus hijos, antes de
fallecer los reunió y les dío a cada uno una bendición y les pidió que llevaran
su cuerpo a Israel. El trasladar el
cuerpo del fallecido a Israel,
tiene dos razones:
-
Según
cuentan las escrituras, existe la promesa de la resurrección de los
muertos, para todos los cuerpos que allí
estén enterrados.
-
Los sabios del
judaísmo dicen que la Tierra de Israel tiene el poder de perdonar los pecados.
Una de las costumbres del funeral es que el cuerpo
debe de ser enterrado junto a familiares que ya han fallecido, y se entierran
hombres y mujeres en distintos lugares.
Por respeto, el cuerpo del
fallecido no debe de ser movido, solamente se hará para ser enterrado cerca de
la familia en otra ciudad o en Israel.
La personas afectadas en el
rito del duelo son el padre, la madre, el hijo o hija, la hermana y el cónyuge,
a cualquiera de ellos se les llaman Onen
y están exentos de realizar las
obligaciones religiosas y de colocarse el tefilim, con el fin de poder preparar
el funeral.
El cadáver hasta esté momento tiene que permanecer tapado, exhibirlo se considera deshonroso y siempre estará acompañado.
En la cabecera se coloca una
luz o vela, en recuero de que “el alma es la luz del Señor”. No hay costumbre
de poner flores a los muertos ya que estas es un símbolo de vida.
Es importante que el
entierro se realice lo antes posible, preferiblemente el mismo día, solo se
retrasaría en los casos de la espera de algún familiar que viva en otro lugar,
por ser Shabat o por traslado a la tierra de Israel.
En el cementerio se realiza
la Tahará, que es un baño ritual, siempre que el cuerpo no haya sido lavado y purificado
con anterioridad. Se continúa con la colocación de las sábanas blancas, en el
caso de ser hombre se le pone también el Talit que usó en vida. Ésta sábanas
representa la igualdad que tienen todos los seres humanos en el momento de la
muerte.
Se continúa con una breve
ceremonia donde se pronuncia el Tziduk Hadin, y el rabino realiza una reflexión sobre la muerte y la
persona fallecida.
Con el acto de la Keriá (en la que se rasgan la ropa que se
está usando), se expresa de manera religiosa, la amargura por la perdida del
ser querido, esta la realizan las personas que están de luto (los Onen). Cuando
el fallecido es el padre o la madre, la keriá se acostumbra a hacerla en el
lado izquierdo para descubrir el corazón, para el resto de parientes se suele
hacer la rasgadura en el lado derecho.
Finalmente se recita la
oración El Male Rajamin, por el recuerdo del alma del ser querido que se ha
perdido y se dice el Kadish.
Cementerio monte de los Olivos - Jerusalen |
El cuerpo es llevado para
ser enterrado, al llegar al lugar elegido, el ataúd es bajado a la fosa. Las
personas encargadas de echar la tierra en la sepultura deben tener cuidado de
no pasarse la pala de una mano a otra, la tienen que dejar en la tierra para
que otra persona a coja. Esto se hace para no “pasar” las desgracias de una persona a otra.
La obligación de enterrar a
las muertos en la tierra tiene su origen el la Biblia “…. pues polvo eres y a
polvo te convertirás “, por esto esta
prohibido los entierros en mausoleos y la cremación.
Al salir del cementerio, se
acostumbra al ritual del lavado de manos llamado Netilat Iadaim, esto simboliza
el alejar la impureza producida por el contacto con la muerte.
C19 - ABIGAÍL
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