Janucá llamada también la Fiesta de las Luces o Luminarias,
es una festividad judaica. Celebrada durante ocho
días, conmemora la derrota de los helenos y la recuperación de la
independencia judía a manos de los macabeos sobre
los griegos seléucidas, y la posterior purificación
del Segundo Templo de Jerusalén de los íconos paganos, en el siglo II a. C.
La festividad acontece el 25 de Kislev del calendario
judío, fecha que acaece entre fines de noviembre y fines de diciembre del calendario
gregoriano.
A diferencia de la mayoría de las principales festividades judías, el
origen de Jánuca no está en la Biblia, sino en sucesos que se produjeron
posteriormente. Se trata de una fiesta que dura ocho días y comienza el día 25 del
mes hebreo de Kislev (generalmente en diciembre). Ninguno de estos días es
totalmente festivo, por lo que las empresas abren con normalidad.
Janucá recuerda un acontecimiento histórico que tuvo lugar en el siglo II
a. C durante el periodo seléucida. Algunos reyes seléucidas (la dinastía que
siguió a Alejandro Magno, cuya sede estaba en Siria) trataron de obligar a los
judíos de la Tierra de Israel a adoptar ciertas costumbres contrarias a las
leyes del judaísmo. El peor decreto fue cuando el rey Antíoco IV ordenó la
instalación de una estatua en el Templo Sagrado de Jerusalén.
En 167 a. C., los judíos se rebelaron contra el régimen griego seléucida.
Ciertos líderes de la revuelta, los asmoneos o macabeos, eran hijos de
Matatías, el sumo sacerdote. En 164 a. C., bajo el liderazgo de Judas Macabeo,
la revuelta culminó con la liberación de Jerusalén del mandato extranjero,
incluido el Templo Sagrado. Estos sucesos están documentados en ciertas fuentes
históricas escritas a finales del siglo II d. C.. Según la tradición judía, fue
Judas Macabeo quien instituyó la festividad de Janucá.
Este período dura ocho días, y en él se conmemoran las celebraciones que marcaron la purificación y la reconsagración del Templo Sagrado, además de un milagro según establece la tradición: cuando los macabeos buscaban aceite sagrado para encender el candelabro del Templo sólo encontraron un frasquito con el sello intacto y que por tanto seguía siendo puro. La cantidad de aceite que había en el frasco sólo era suficiente para un día, pero se produjo un milagro, y ardió durante ocho. Además del componente de heroísmo que conmemoran estas fiestas, Janucá también es un símbolo de luz frente a la oscuridad, por lo que también se la denomina la Fiesta de las Luminarias.
A24 JOSÉ
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