Según el rabino Yoel Ben Nun la festividad de la Janucá está relacionada con la finalización de la cosecha de aceitunas y su prensado para la obtención del aceite de oliva. Según la Mishná ) la Janucá marca el final de la ofrenda de las primicias del olivo. Según Ben Nun esta era una festividad agrícola en la que se encendían luminarias con aceite de oliva, ya desde la época del primer templo de Jerusalén. También el dr. Israel Rozenson opina que antes de la revolución de los hasmoneos existía una festividad del aceite, que fue reinterpretada luego de la victoria hasmonea.
La tradición judía habla de un milagro, en el que pudo encenderse el candelabro del Templo durante ocho días consecutivos con una exigua cantidad de aceite, que alcanzaba sólo para uno. Esto dio origen a la principal costumbre de la festividad, que es la de encender, en forma progresiva, un candelabro de nueve brazos llamado januquiá.
La festividad de Janucá se celebra durante ocho días, del 25 de kislev al 2 de tevet. Durante esta festividad se prende una januquiá o candelabro de ocho brazos. En la primera noche únicamente se prende el brazo mayor y una vela, y cada noche se va aumentando una vela, hasta el último día en el que todo el candelabro se enciende completo.
Este hecho conmemora el milagro de que el aceite duró ocho días.
Las luminarias de Janucá deben arder por lo menos media hora luego de que oscurezca.
La liturgia indica adiciones especiales al servicio diario de oraciones, así como un agregado especial a la bendición después de las comidas.
B25 DANIEL Y B06 ISAÍAS
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