EPIDEMIAS

Las frecuentes epidemias provocaron grandes matanzas en el mundo medieval.

Una de las epidemias que se hicieron notar en la Edad Media fue la “Peste Negra”, se extendió por Europa (sur, centro, islas británicas, Dinamarca y parte de Noruega). Esta epidemia se inició hacia el 1348 y en ese momento no había cura para esta. Era una enfermedad infectocontagiosa (altamente contagiosa), provocada por bacterias. La principal causa de propagación de esta enfermedad eran las picaduras de pulgas, que previamente habían picado a roedores portadores de la Peste Negra. Los principales síntomas de esta enfermedad eran la fiebre, problemas en los sistemas respiratorios y circulatorios que terminaban por darle un color negruzco al cuerpo del enfermo (de ahí viene el nombre de la epidemia). La Peste Negra se originó en Oriente y llegó a Occidente a través de barcos de Génova, donde se expandió de forma imparable y fulminante. Solo frenaba el avance si se aislaban a los enfermos y se quemaban sus pertenencias. La peste Negra provocó la mayor caída demográfica (cantidad de población en lugar determinado) de la historia de Occidente, ya que murió aproximadamente un 40% de población Europea. Por esta mortalidad en muchas de las ciudades europeas se paralizó el trabajo de los artesanos y comerciantes. Esto redujo los ingresos de los señores feudales, porque tenía menos siervos a los que cobrar, aumentaron los impuestos a los campesinos que habían sobrevivido. Los campesinos desesperados por el hambre, guerras y epidemias se revelaron violentamente contra ellos. También se tomó esta epidemia como un castigo divino por los pecados y la corrupción de la iglesia y a raíz de eso se “reformó” la iglesia.

Otra de las epidemias más importantes en la Edad Media fue la Lepra. Fue una enfermedad muy infecciosa pero poco contagiosa que no tiene ninguna propagación si está bien tratada o en exceso si el tratamiento es malo. La lepra fue históricamente incurable y vergonzosa (por las manchas en la piel).

 

 

  C04 JACOB 

C25 SAMUEL