Cuenta la historia de un barón judío en Francia. Su ascendencia judía era igualmente noble y aún mas antigua que los Habsburgos y los Hogenzollern. El protegía las ciencias y las artes y la baronesa ejercía la beneficencia. Fue así como la baronesa conoció a Oscar Stein, un joven sabio judío. Hacia la misma época, el barón, descubrió a una joven pintora, Lazarine Decamps. Ambos eran lo opuesto en cuestión de personalidad, el tímido y ella extrovertida.
El barón y la baronesa provocan su encuentro con la esperanza de que se casaran.
La historia de los judíos en Francia se remonta a los inicios de la Era Común, con el exilio de ciertos miembros de la clase dirigente de Judea a Galia. La presencia judía en la Galia romana es testificada por varias fuentes, tales como Gregorio de Tours y los descubrimientos arqueológicos. En la Edad Media, los radhanitas impulsaron el comercio internacional. En el siglo XI, Francia se convirtió en un polo de atracción de la cultura judía, albergando en el norte a las comunidades de Tzarfatim, de origen askenazí, y a los judíos de Provenza al sur; sin embargo, a esta época le siguen las Cruzadas en el siglo XII, los procesos entablados al Talmud en el siglo XIII y las expulsiones más o menos temporales del siglo XIV. Estas medidas golpearon al conjunto de la comunidad judía, con excepción de los judíos comtadinos (del Condado Venaissin), protegidos por el Papa.
A24 José
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