martes, 21 de marzo de 2017

Cuento Levanna

Cuento Levanna

Un noble joven israelita, que habita en un arcaico Belgrado, se encontraba en un pequeño café situado en una de las calles de un barrio. El joven estaba afligido por no poder casarse con la mujer que amaba, por eso decidió marcharse a Constantinopla dónde se encontraba su tío. Peregrini, la dueña de aquel bar, Nahum decidió ayudarle presentándole a una mujer cuyo padre era capitán de el barco y podría llevarle hasta Constantinopla. El joven y tres chicas más que acompañaban a Varsava, la hija del capitán, que cada uno tendría una nueva vida y trabajo en Constantinopla. Pero en medio del trayecto un barco se les acercó al suyo y Varsava les hizo cruzar hacia el otro barco, pero su mala suerte que Nahum y sus compañeras fueron engañados por Varsava como esclavos. De este modo, el joven israelita cayó en manos de Sahag, el marido de Varsava, en Asia Menor. Este lo utilizó como esclavo en su casa hasta que lo vendió a una hermosa mujer. Zamira, era como se llamaba aquella mujer viuda, poseía un montón de riqueza y tenía tres barcos, de un modo compró a Nahum y lo acogió en su casa como un esclavo. Pero cada día se pasaba con él más se enamoraba y la ira que contenía por aquel hecho era muy enorme, por una parte Nahum también amaba a Zamira y cada vez que Nahum hacía algo mal Zamira lo castigaba con algunos latigazos. Pero una noche, mientras que Zamira recordaba el mito que cuenta el Talmud sobre la luna, contempló al joven bendecir a la luna, como los judíos realizan todos los meses. Zamira se dio cuenta de que Nahum era un judío, igual que ella, y se arrepentía de todo lo que le hizo y quiso devolverle la libertad, Nahum, que estaba enamorado y se quedó con ella para toda su vida.

Los judíos llegaron por primera vez en la República de Serbia en la época de los

romanos. Las comunidades judías de los Balcanes siguieron siendo pequeñas hasta finales del siglo XV, cuando huían de la Inquisición y encontraron refugio en el Gobierno otomano.

En 1170 había la existencia en Salónica de una comunidad de unos 500 judíos. Al iniciarse la dominación otomana de la ciudad, en el año 1430, los judíos eran todavía poco numerosos. Tras la caída de Constantinopla, en el año 1453, judíos procedentes de comunidades de los Balcanes y de la Anatolia fueron trasladados a Estambul para poblar la nueva capital. Las primeras migraciones de los judíos sefardíes del siglo xv, cuando los judíos fueron expulsados primero de España y después de Portugal llegan hasta los Balcanes, instalándose en grandes ciudades bajo la protección de los sultanes turcos, como Bayezid II.

A partir del siglo xvi, la comunidad sefardí ya era mayoritaria en algunas ciudades de los Balcanes y la liturgia religiosa, así como su vida cultural.

Durante el período otomano, Turquía era un asilo seguro para los judíos y continúa teniendo una pequeña población judía. Cuando se libró la batalla de Yarmuk y el Levante pasó a poder otomano, había comunidades judías en muchas poblaciones. Entre ellas Safed, que se convirtió en un centro para los judíos y en donde fue compilado el Shulján Aruj. Los turcos, por lo general, eran muy tolerantes con respecto a los cultos religiosos, y la vida cultural sefardí. Las primeras medidas antisemitas en los Balcanes llegarían en el siglo XIX.

La bendición de la luna: Birkat halevaná, o Kidush Levaná, Es una costumbre judía que se lleva a cabo al aire libre en la noche, a la luz del novilunio. La "bendición de la luna" de ningún modo consiste en la luna, sino en un episodio de alabanza al Santo Dios por renovar la naturaleza. Cabe mencionar que la luna tiene un significado importante para los judíos. En la tradición judía el nuevo mes constituye una fiesta menor, en la que principalmente son las mujeres tienen prohibidos algunos que hacer es del hogar. Es una ceremonia de profunda espiritualidad y fe en Dios. Di-s mandó a Moshe de la Mitzvá de santificar la nueva luna y establecer un calendario lunar.

Moshe tenía dificultades para distinguir el momento exacto del nacimiento de la nueva luna. Entonces Di-s le mostró la creciente de la nueva luna del mes de Nisan.

Por las generaciones que siguieron, cada nuevo mes era santificado y comenzaba cuando dos testigos atestiguaban frente al Sanhedrín.

El en siglo IV era común, el sabio Hilel II vio que el pueblo judío no iba a poder tener más un calendario basado en el Sanhedrín, junto una corte rabínica diseñaron y establecieron el calendario que se utiliza hoy.

Hoy en día, una vez al mes, cuando la luz de la luna crece en el cielo, se recita una bendición especial llamada Kidush Levaná.

Esta oración se puede recitar recién tres días después de la luna nueva, llamada molad en hebreo. Es la costumbre, de acuerdo a la Cabalá, es esperar una semana. Una vez pasados unos quince días desde la luna nueva, ya no se puede recitarse la bendición. El mejor momento para hacerlo es inmediatamente después del Shabat, cuando la persona está vestida con las ropas de Shabat.

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