Judit
es mi nombre, cuyo significado es “judía” o “hebrea”. Me considero una mujer
amable, agradable, seductora y comunicativa. También sociable y con facilidad para relacionarme abiertamente.
Estuve
casada con un hombre rico, llamado Mansés, quedándome después viuda. Llevaba el
hábito de penitencia y ayunaba diariamente como símbolo de luto. Recibí en herencia mucho dinero, despertando la
atención de numerosos varones, pero decidí conservar en memoria a mi marido. A
partir de eso me dedique a orar y ayudar a los necesitados
El
general Holorfenes, mandado por Nabucodonosor, sitió la ciudad israelita de
Betunia. Después de treinta y tres días sin agua ni comida la población se
debilitó. Me vestí con mis mejores trajes y joyas, fui a visitar el campamento
y le pedí al general quedarme algunos días, dejándome ir a rezar de madrugada a
un campo vecino.
Este se enamoró de mi belleza y organizó un
gran banquete. Al terminar Holorfenes estaba tumbado sobre la mesa y ebrio.
Pidiendo fortalece a Dios, cogí una espada y le corté la cabeza, librando a mi patria de la guerra que estaba al caer. Llevé como muestra la cabeza del general
ante mi gente siendo recibida entre festejos y alegrías. Fue encontrado muerto
al amanecer, sus generales huyeron dejando libre la ciudad. El sumo sacerdote
de Jerusalén me bendijo diciendo:
"Tú
eres la gloria de Jerusalén, el orgullo de Israel. Bendita seas por el Señor
Omnipotente por todos los siglos"
Nunca
me volví a casar y fui muy querida por mi pueblo. Mis riquezas fueron
repartidas entre los pobres. Ya a la edad de cien años me despido desde mi
lecho de muerte dejando una hazaña por la que siempre me recordarán.
Este personaje posee un libro de su mismo nombre,
donde se cuenta su historia, en la que gracias a su coraje y valor dio una
lección de valentía, salvando así a su patria.
B20 Judit
ABC SIMEÓN dice: EXCELENTE
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